La Oficina
Lo que comenzó como una idea loca abrió la puerta a una evolución de mi espacio de trabajar y enseñar. Inspirado por tres eventos, unos mas inocentes que otros, decidí crear el espacio optimo para enseñar, para pensar, y—cuando no queda mas que hacer—para dormir. A travez de coñazos con sentido común, trigonometría, bisagras, y la póliza de devoluciones de de Home Depot, acá esta el resultado final.
Enseños Remoto
Me cuesta trabajo quedarme quieto, igual cuando enseño. En lo que empezó la pandemia, pensé que se me había jodido la operación en lo que era enseñar. Muchas clases que había visto eran simplemente el profesor sentado, leyendo sus slides, y sabía que los estudiantes (y yo) se obstinarían de eso rápidamente. Quería una manera de mantener las cosas dinámicas y preservar la energía con cuál enseño. El resultado: un arreglo de cuatro programas de computadora y todavía más aparatos. Muchos adaptadores USB, una tabla de acero, y millas de cables y tape verde. Aquí demuestro el resultado.
Facecode
Me he estado tirando una foto todos los días desde el 18 de Septiembre del 2008—antes de la pubertad. Para un proyecto en MIT, escribí código en MATLAB para alinear estas fotos. Desde eso, he reescrito el código en Python, añadiéndole varias funciones en el proceso. Este es el resultado, actualizado a los quince años: 2023.